La novela es un retrato brillante sobre la vanidad y la depravación, teñido de tristeza. El cuadro del título es un trabajo espléndido de Basil Hallward que ha pintado a Dorian Gray, un joven huérfano y heredero de una gran fortuna. Dorian declara que daría su alma para poder ser siempre joven y que en cambio fuera su retrato el que envejeciera. Así la obra es una recreación del mito del personaje que vende su alma al diablo a cambio de su eterna juventud. En este caso, Dorian es un perverso y halla su placer en el daño que inflige a los demás. Su retrato va consignando el paso del tiempo y la crueldad creciente del protagonista. Mientras el Dorian Gray de carne y hueso no se marchita, el retrato se va deteriorando a cada nuevo horror que el comete. Es un libro hermoso que produce cierta desazón.
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