Para que hayan quedado sin resolver casi 400 asesinatos, hay que untar mucho o meter mucho miedo. Y ése es el número de mujeres raptadas y asesinadas en las inmediaciones de Ciudad Juárez. Se han propuesto muchas explicaciones: esclavitud sexual, snuff- movies, robo de órganos para trasplantes... y es posible que todas sean ciertas, además del cupo normal de asesinatos pasionales, domésticos y por venganza. Pero según la intrépida periodista Diana Washington Valdez, muchas de las chicas son secuestradas para utilizarlas en "deportes sangrientos" (cacerías humanas y temas afines), en los que son torturadas, violadas y mutiladas.Y la periodista afirma que los culpables son seis poderosos personajes (cinco de Juárez y uno de Tijuana), cuya fortuna y contactos políticos los convierten en "intocables". Además de su influencia sobre las autoridades, también mantendrían relaciones con el clan Carrillo-Fuertes, que controla sin demasiados problemas el negocio de la droga en la región. La edad media de las víctimas es de 16 años. Se las elige tan jóvenes para reducir el riesgo de que transmitan enfermedades sexuales. Como era de esperar, hay mucho miedo, y las empresas de la zona han tenido que poner autobuses para transportar a las empleadas de casa al trabajo. Algunos de los conductores de estos autobuses han sido acusados, sin mucho éxito, de complicidad en los crímenes. Ciudad Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua, tiene una población de un millón y medio, y es un municipio fronterizo (enfrente de El Paso, Texas) donde la violencia y el delito han crecido espectacularmente en los últimos diez años.
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